La economía de los pequeños productores se ve fuertemente afectada por la crisis hídrica que azota la región. A pesar de las dificultades, los quinteros del centro chaqueño persisten en sus esfuerzos.
En medio de esta situación, las opciones para acceder a hortalizas frescas, directamente “del productor al consumidor”, como el mercado municipal itinerante y la feria franca, se ven mermadas. La escasa oferta se debe a la falta de agua en las quintas, lo que limita la capacidad de producción.
En un contexto donde el costo de la canasta básica de alimentos continúa en aumento, la compra de verduras a los productores locales podría ser una alternativa para abaratar los gastos. Sin embargo, la producción se encuentra en un estado precario debido a la sequía.
Fabián Ibarra, productor hortícola junto a su esposa Nancy Soto y participantes de la Feria Franca, comenta: “Estamos muy complicados con la producción hortícola que es la que más se está resintiendo por la continuidad de la sequía lo que hace imposible hacer verduras de hoja o iniciar la siembra de zapallitos”.
La falta de lluvia ha afectado la capacidad de los quinteros de Comandante Fernández, y la horticultura no es la única afectada. A pesar de algunas precipitaciones esporádicas en los últimos tres años, la mayoría de los productores no ha tenido acceso suficiente a agua para regar sus cultivos.
La situación es especialmente desafiante para aquellos sin sistemas de riego, ya que ni siquiera los pozos y perforaciones proporcionan agua de calidad para el riego de las quintas. Esto ha llevado a una disminución significativa en la producción de verduras de hoja y otros cultivos.
“La verdura que nació no se cría porque ni siquiera hay humedad en el ambiente, en consecuencia la situación es muy complicada para todos nosotros”, remarcan los horticultores. La falta de humedad también ha impactado en los precios de las semillas y otros insumos, dificultando aún más la producción.
A pesar de la escasa oferta, los horticultores locales han mantenido los precios estables para no afectar aún más a los consumidores. Fabián Ibarra destaca: “Tratamos de mantener los valores para que el cliente pueda comprar porque la realidad es que si aumentamos tampoco podremos comercializar la producción”.
La esperanza recae en la posibilidad de lluvias futuras, pero la inversión económica requerida para restablecer la producción es un desafío adicional en tiempos de bolsillos ajustados. Mientras tanto, los pequeños productores enfrentan un difícil equilibrio entre mantener precios accesibles y afrontar sus propios costos de producción.