La terrible historia que le puso final a la vida de una estudiante prometedora, el insólito cuestionamiento de un abogado al sobreviviente y las dolorosas palabras de un niño de 6 años: “¿Hará justicia por mi hermana?”.
Este martes inició el juicio por jurados por la muerte de Bárbara Enciso Gauto quien el 21 de enero de 2022 en horas de la madrugada, mientras era trasladada por su novio en una motocicleta por avenida Soberanía Nacional, fue atropellada por Nicolás Enrique Acosta (55), quien conducía en contramano, alcoholizado y a alta velocidad. Luego de tres intensos días, un jurado popular lo declaró culpable por homicidio simple con dolo eventual.
Una decisión que no suele ser habitual, puesto que en los accidentes de tránsito la condena acostumbra a ser por homicidio culposo. Sin embargo, la fiscal Graciela Griffith Barreto y el abogado querellante, Francisco Belle, lograron convencer a los 12 miembros del jurado del comportamiento de Acosta, quien podría ahora tener una sentencia de 8 a 25 años, algo que determinará la jueza técnica Julieta Noemí Dansey.
Griffith Barreto, la fiscal de la causa, en su alegato resumió el caso diciendo que Acosta: “Sabía que conducía ebrio, con alta velocidad en horas de la madrugada en una ciudad que no conocía, podía producir la muerte y así la mató”.
Acosta es un hombre que sabe manejar y que gran parte de su vida acostumbró a convivir con diversos escenarios en el tránsito. Es de Rosario, una ciudad con un tráfico significativamente intenso, y trabajó hasta 2022 como fletero.
El día del accidente había compartido una cena familiar en la que bebió “algunos vasos de cerveza”, según surgió de su propia declaración de imputado. Cuando salió y se dirigía a descansar, relató que la moto en la que se desplazaba la víctima Bárbara y su novio Garcilazo se le cruzó y fue allí que cambió su carril para frenar. “Ahí fue cuando se me disparó el airbag del auto e intento frenar y logro apagar el vehículo”, contó.
Por su parte, en su alegato la fiscal indicó que Acosta estaba “circulando por avenida Soberanía Nacional que tiene tres carriles, circulando por el carril derecho que va hacia la terminal. Esa circulación la hacía con un exceso de velocidad y en estado de ebriedad”.
“En esta circunstancia él debía prever que a cualquier persona podía impactar y matarla porque en un momento llega a circular, dentro del mismo carril, pero en el sector izquierdo. Circulando por avenida Soberanía, terminó de pasar la calle 3 que es Lisandro de la Torre, antes de llegar a la calle 2, a media cuadra, se pone en el camino de una moto que venía en sentido contrario a él. Él iba yéndose para la Alberdi y la moto se iba para Barranqueras“, añadió.
En ese momento, Felipe -novio de la víctima fatal- quiso esquivar el auto pero este impactó en la parte trasera del rodado, haciendo que Bárbara sea despedida a unos 10 metros del lugar. Las consecuencias fueron fatales: la joven estudiante murió en el acto.
Griffith Barreto recordó que Acosta, tras el impacto, estacionó a los pocos metros, se acercó y luego se fue “siendo interceptados a una cuadra y media por vecinos que habían visto el hecho”. Acosta se justificó: “En ese momento me agreden a mi hijo y a mí y ahí trato de sacarlo, en eso vinieron los vecinos y empezó todo el tumulto y me quedo sin forma de comunicarme desde donde estaba, es decir en la calle, porque el teléfono tenía en mi automóvil, y ahí me siguen agrediendo”.
El abogado querellante, Francisco Belle, abrió su alegato de clausura señalando que esta “es una tragedia con suerte, si tuviéramos que designarlo de una forma, porque hemos tenido testigos que estuvieron en el lugar, hemos visto la filmación que no deja lugar a dudas la interpretación que nos vino a hacer la perito pagada por la defensa, que recae en absurdo cuando vemos en las imágenes donde el choque es contundente”.
Belle coincidió en la reconstrucción realizada por la fiscal y pidió un veredicto de culpabilidad por el delito de homicidio simple cometido con dolo eventual y acusó a Acosta de actuar “como si nada hubiera pasado”. Además, recordó el pedido que le realizó el único hermano de Bárbara, un menor de 6 años: “Abogado, ¿Usted va a hacer justicia por mi hermana?”.
El abogado defensor de Acosta, Rubén Ortiz, realizó algunos cuestionamientos. Pese al test de alcoholemia que marcó 1,39 grados de alcohol , expresó: “A nuestro representado nunca se le practicó nivel de alcoholemia en sangre, o sea que hasta hoy, estamos finalizando este juicio y no sabemos si nuestro representado estaba alcoholizado o no estaba alcoholizado”.
“El hecho que fijó la fiscalía, no es lo que las pruebas hoy demuestran porque no hay contundencia. La perito de parte -pagada por la defensa- también nos explicó que Acosta chocó una moto tumbada. Entonces acá hay dudas, no hay certeza de cómo lamentablemente dos personas terminaron accidentadas”, puso en dudas el letrado.
Durante su alegato de clausura, Ortiz apuntó contra Felipe, sobreviviente de la tragedia, por su declaración como testigo durante el juicio. “Cualquier persona puede estar traumada por un accidente de tránsito, pero si yo quiero que se haga justicia me voy a acodar perfectamente qué me pasó. No puedo olvidarme”.
“Nuestro representado no salió a matar. Acá lo que hay es culpa, en los accidentes de tránsito no hay dolo, porque no hay intención. Nadie sale a matar. El señor no salió a matar, salió a llevarlo a un familiar a su domicilio”, cerró pidiendo que se aplique el principio de la duda y por lo tanto lo absuelvan y que si eso no es tenido en cuenta que la condena sea por homicidio culposo con lesiones graves.