La falta de agua potable en el barrio del ex Campo de Tiro de Resistencia ya lleva 18 días y, lejos de encontrar una solución, los vecinos denuncian que las promesas de las autoridades quedaron en la nada. Mientras los medios oficiales ocultan la crisis, los habitantes del sector sobreviven como pueden, dependiendo de camiones cisterna que llegan esporádicamente y no garantizan el suministro para todos.
Desde diciembre pasado, funcionarios de Sameep y representantes de distintos sectores aseguraron que se extendería la red de agua potable, además de comprometerse a mejorar las calles con ripio y colocar tubos de alcantarillado. Sin embargo, ninguna de estas obras se concretó.
“Nos sentimos abandonados. Nos mandan un camión cisterna para calmar la bronca, pero seguimos sin agua en nuestras casas. Y cuando llueve, quedamos aislados porque las calles son un desastre”, expresó un vecino del pasaje Cangallo, evidenciando el malestar que crece día a día.
El reclamo se suma a una problemática histórica en la zona. Si bien muchos vecinos cuentan con el Registro Único de Beneficiarios del Hábitat (RUBH), lo que les otorga derecho a servicios básicos, las obras siguen ausentes.
Mientras los funcionarios de Sameep miran para otro lado y los medios oficialistas ocultan la situación, los vecinos siguen sin respuestas y sin lo más elemental: agua potable.