Dolor y justicia: el crimen de Maia Vallejos y una provincia conmovida
Maia Vallejos tenía solo dos años cuando murió el 3 de marzo de 2021 en el Hospital 4 de Junio, en Sáenz Peña. Había sido llevada por su madre desde Quitilipi en grave estado de salud. La autopsia reveló una verdad estremecedora: la pequeña presentaba signos de asfixia y tenía dos agujas de coser clavadas en su cuerpo, una cerca del pulmón y otra en la zona del timo.
A partir de esos resultados, el fiscal Cristian Arana imputó y pidió prisión preventiva para su madre, Melisa Vallejos, y el padrastro, Héctor Gómez. La investigación determinó que el crimen ocurrió en el hogar familiar y que no hubo intervención médica negligente.
El juicio comenzó en abril de 2022 y concluyó seis meses después con testimonios clave de médicos y enfermeras que atendieron a la niña. Finalmente, el 27 de octubre de ese año, ambos fueron condenados a prisión perpetua. La madre, por homicidio agravado por el vínculo, alevosía y ensañamiento. El padrastro, por homicidio calificado con las mismas agravantes.
Un año después, ya condenada, la madre grabó un video donde confesó el crimen: “Yo maté a mi hija”.
Este caso dejó una profunda huella en la sociedad chaqueña, por la violencia que sufrió una niña indefensa y por el rol de quienes debieron cuidarla.