Ante la creciente cantidad de accidentes viales en Resistencia y otras localidades chaqueñas, el Gobierno provincial anunció la instalación de 47 radares de control de velocidad en 19 puntos críticos de Chaco, principalmente en accesos urbanos y rutas de alta siniestralidad.
El subsecretario de Seguridad Vial, Rafael Acuña Agnelli, informó que los radares comenzarán a funcionar a partir del 15 de junio, con la cartelería obligatoria y campañas de concientización. El objetivo es claro: prevenir siniestros, lesiones graves y muertes provocadas por excesos de velocidad.
Sin embargo, la población exige respuestas más profundas que la simple colocación de cámaras. ¿Qué harán con el dinero recaudado por las multas? ¿Será invertido realmente en mejorar rutas, reforzar señalizaciones, colocar nuevas luminarias o limpiar zonas con vegetación que obstruye la visibilidad?
La inseguridad vial no se soluciona solo con sanciones. Se necesita presencia policial real, educación vial sostenida y una política de tránsito que llegue a todos los rincones de la provincia. Cada día que pasa sin un plan integral es una vida más en riesgo.
Las autoridades están a tiempo de actuar con responsabilidad, porque no se trata de recaudar, sino de salvar vidas. Que los radares no sean una excusa para generar ingresos, sino una herramienta dentro de una estrategia seria y transparente.