Una resolución de la Municipalidad de Resistencia exige a bares, cafés, heladerías y restaurantes desarmar los balcones gastronómicos que instalaron sobre la vía pública. La medida establece un plazo de 30 días para su retiro, con el argumento de liberar el espacio público y mejorar la seguridad vial.
Sin embargo, desde el sector gastronómico cuestionan la decisión, denuncian que no hubo instancias de diálogo y advierten que esto pone en riesgo puestos de trabajo y proyectos que fueron avalados en su momento por la misma administración municipal.
La medida se enmarca en un plan de reordenamiento urbano que apunta a retirar estructuras montadas sobre calzadas o veredas, muchas de ellas habilitadas durante la pandemia para facilitar el funcionamiento del rubro gastronómico. Fue firmada por el intendente Roy Nikisch junto con sus funcionarios Emilio Varisco, Gabriela Acevedo, Ricardo Roffé y Sergio Almirón.
IMPACTO ECONÓMICO Y LABORAL
Diego Arribas, propietario del bar Brews, ubicado sobre la avenida Paraguay al 24, explicó que el retiro de su balcón afectará directamente la capacidad operativa del local. “Nos mata porque reducir la cantidad de mesas y la cantidad de espacio para nuestro público implicaría reducción de personal también para nuestros empleados”, señaló. Y agregó: “Tendríamos que reducir la cantidad de puestos de trabajo y es un tema no menor en esta situación. Solo queremos trabajar”.
Además, afirmó que ya se organizaron con otros locales afectados: “Tuvimos una reunión con otros damnificados y vamos a presentar una nota en conjunto. No entendemos cuál es el objetivo, porque esto no perjudica a nadie. Solo queremos trabajar”.
LA OPINIÓN DE UN HISTÓRICO DEL RUBRO
Dino Paganucci, dueño de la tradicional heladería Dino ubicada en la avenida 25 de Mayo al 329, se sumó a los reclamos con una defensa encendida del modelo de balcones. “Los comerciantes que ya fueron castigados en pandemia, muchos se quedaron en el camino. Los que sobrevivieron se reinventaron e invirtieron lo que no tenían y mantuvieron el personal por no despedirlos y hoy le dan 30 días para que desaparezcan”, expresó.
Paganucci insistió en que los balcones no representan un problema para la seguridad vial si cumplen con las normas: “¿Cuál es el problema si están bien señalizados, con luces, barandas? Si no estuvieran ahí, habría dos autos estacionados”. Además, vinculó la medida con la desconexión de la gestión municipal respecto de la realidad del sector: “El resistenciano sale a tomar algo afuera porque tenemos días de 40 grados. Es más económico y agradable que usar el aire acondicionado”.
El empresario pidió a las autoridades y asociaciones que intervengan: “No pueden destruir este corredor gastronómico que tanto costó construir. ¿Dónde están el sindicato gastronómico y la asociación de bares? Hagan algo”.
“NO PEDIMOS PRIVILEGIOS”
Estas declaraciones se suman a las de Macarena Amadey, propietaria del local Macakes, en Cangallo 613, quien días atrás publicó un video en redes sociales denunciando la medida. “El balcón gastronómico es parte clave de nuestro proyecto. Si lo sacan con una grúa, como nos especificaron, sería dejar sin trabajo a todo nuestro personal y dejar a nuestros clientes sin Macakes”, advirtió.
Para Amadey, la resolución municipal llegó de forma repentina y sin consulta previa: “Duele que en lugar de apoyarnos, nos pongan trabas. No pedimos privilegios. Estamos abiertos a poner todas las medidas de seguridad que se necesiten”, expresó.