Guille recuperó su loro terapéutico: “Volvió a estar feliz, llena de risas y canto”


Luego de varios días de angustia
, la historia de Lolo tuvo un final feliz. Guillermina, una niña chaqueña con Síndrome de Angelman, pudo reencontrarse con su loro terapéutico gracias a la solidaridad de un vecino de Fontana que reconoció al ave tras ver una publicación en redes. “Me estaba por acostar a dormir la siesta y no pude, vi el posteo y decidí hacer lo correcto”, le dijo el hombre a Cecilia, mamá de la nena.Cecilia relató con emoción el momento del reencuentro: “El día que volvió Lolo, Guille estuvo de fiesta, llena de risas, canto, felicidad”.

Lolo no es un loro cualquiera. Llegó a la familia a fines de 2023 y desde entonces forma parte del tratamiento terapéutico de Guillermina“Desde que él está, la rutina cambió completamente. Es alegre, canta, juega y se adaptó a ella. Para nosotros no son animales, son parte de la familia“, expresó su madre, rodeada de perritos revoloteando en el suelo y con Lolo sobre su hombro. La casa es un mundo lleno de afecto donde conviven varios animales que cumplen un rol fundamental en la vida de la niña. “La estimulan un montón, la acompañan. Ella no tiene hermanos, así que ellos son su manada”, contó.

Durante los días que Lolo estuvo ausente, Guillermina tuvo cambios de ánimo y  con mucha tristeza. Su madre explicó que si bien muchas veces se subestima la capacidad expresiva de los niños con discapacidad, el impacto fue evidente. “Uno piensa que tal vez le duele la panza, o que está cansada, pero se notaba que algo faltaba. Cuando volvió Lolo, volvió su sonrisa”, dijo Cecilia. El loro fue hallado con las alas recortadas, lo que indica que quien lo tuvo intentó que no se escape. Ahora se encuentra en proceso de readaptación a la rutina familiar.

La historia también evidenció el poder de la empatíacolectiva. Muchos vecinos se ofrecieron a ayudar e incluso propusieron entregar otros loros para calmar la angustia de Guillermina. “Hubo gente que me llamó para decirme ‘te doy mi lorito si eso le sirve a tu hija’. Pero ella necesitaba a Lolo”, recordó Cecilia. Para la familia, el vínculo con sus animales no es decorativo ni casual. Es parte integral de una estrategia de contención, vínculo y felicidad cotidiana.

Cecilia aprovechó para destacar que Lolo fue rescatado legalmente desde un criadero habilitado, y que tiene toda la documentación en regla. “Hay muchos comentarios que dicen que tener loros es ilegal, pero si vienen de un criadero autorizado, se pueden adoptar. Y siempre hay que garantizarles bienestar: que vivan sueltos, que puedan volar, que se bañen, como hace Lolo”, explicó. Incluso le tienen un sobrenombre gracioso: “La bestia”, por su carácterinquieto y su capacidad para aprender canciones y palabras, algunas no aptas para todo público.

El regreso de Lolo no solo devolvió la alegría a Guillermina, sino que visibilizó la importancia de incluir a los animales como acompañantes terapéuticos“Para muchos niños con discapacidad, los animales son un puente para expresarse, para conectarse. Ellos no juzgan, no presionan, simplemente acompañan“, dijo Cecilia, agradeciendo a todos quienes colaboraron. En una casa donde la música y las risas conviven con ladridos y aleteos, la felicidad también vuela con alas verdes.

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