A 45 días de la desaparición y femicidio de su hija, Gloria Romero viajó por primera vez a Buenos Aires. Participaron del acto las Madres del Dolor y los padres de Fernando Báez Sosa
Desde las 18 de este lunes y hasta pasadas las 19, se llevó a cabo una nueva marcha por Cecilia Strzyzowski. A diferencia de las siete anteriores, esta vez se realizó en la Casa de la Provincia de Chaco de la Ciudad de Buenos Aires, donde la madre de la víctima, Gloria Romero, arribó el domingo a la noche. La mujer, que viajó desde Resistencia, llegó para encabezar una concentración en la Casa de la Provincia del Chaco y reclamar justicia por su hija a 45 días de su desaparición y femicidio.
“Vengo a pedir que el Poder Judicial sea independiente de Poder Ejecutivo, que Capitanich les largue la protección a los Sena que siguen siendo presos VIP. Están en una oficina escribiendo cartitas. Pero yo voy a seguir luchando hasta que se pudran en la cárcel”, dijo Gloria a Infobae horas antes del acto.
A pesar del frío, desde temprano varias personas se acercaron a la Avenida Callao al 300 con carteles que preguntaban “¿Dónde está Cecilia?” y también pedían “perpetua para la familia Sena”. Entre los presentes estuvieron los padres de Fernando Báez Sosa, Silvino Báez y Graciela Sosa, quiénes se acercaron a saludar a Gloria antes de que subiera al escenario.
Tras entonar el Himno Nacional, sonó la versión de “No tenemos miedo” de María Elena Walsh. Luego, se proyectó un video mientras de fondo sonó “Canción sin miedo”, de la compositora Vivir Quintana, casi un emblema de las marchas por Cecilia Strzyzowski. Ya de pie en el escenario, Gloria lloró y se abrazó con las Madres del Dolor, que la acompañaron desde anoche. Después juntó fuerzas y habló: “No existen desaparecidos, existen asesinos. Y si se los permitimos van a seguir matando. Se sienten impunes”.
“Acá tendrían que venir todos los padres y madres porque hoy es mi hija, pero mañana podría ser la tuya. Y cuando sea la tuya vas a querer que te acompañen. Yo prometí algo: yo era una persona que no iba a ninguna marcha, a ningún acto político. Era una ermitaña. Pero me prometí que sea al marcha que sea, voy a ir a consolar. Y ese es mi compromiso y esa es mi promesa. No me importa de qué partido sea. Todos tienen que pensar de la misma manera: es una madre que está llorando a su hijo muerto y como madre voy a a ir a acompañarla. Hoy tendrían que estar todos los porteños acá”, siguió Gloria.
Inmediatamente, la gente empezó a aplaudir y a preguntar: “Dónde está Cecilia”. El acto siguió con la misma dinámica que los anteriores, donde Romero cedió el micrófono a otras personas, que también fueron a pedir Justicia.
Fernando Burlando, uno de los abogados que representan a Gloria, también estuvo presente en la concentración y aprovechó para hablar con los medios. Según el letrado, “no existen dudas” de que Cecilia fue asesinada, a pesar de que aún no fue hallado el cuerpo.
“Fue un brutal y salvaje asesinato con connotaciones cinematográficas, monstruosas, porque fue engañada, porque se trató de un crimen planificado, no solo para asesinarla sino también para hacer desaparecer su cuerpo”, dijo Burlando.
“Cada uno tenía un móvil diferente para llevar a cabo este asesinato, tanto la madre, como el padre y el hijo. Estaban todos presentes en el momento del asesinato. Pensaban que podían arrebatarle la vida a cualquiera, no solamente a Cecilia”, agregó el abogado, quien consideró que en el hecho existen “connotaciones raciales, hay una situación de discriminación y odio racial”.
Horas antes de la concentración, Jimena Aduriz, madre de Ángeles Rawson, asesinada en 2013, Viviam Perrone, madre de Kevin Sedano e integrante de la agrupación Madres del Dolor, y Victoria Gil, madre de Soledad Bargna, víctima de un brutal crimen cometido en mayo de 2009 en Caballito, fueron a recibir a Gloria Romero tras su llegada a Capital Federal desde Resistencia.
“A las 8 de la noche estábamos en su hotel en Chacarita, fuimos a tomar un café. Llegó con su otra hija, Ángela. Hoy va a estar todo el día en medios, difundiendo el caso de Cecilia. A las 10 se va a reunir con otros familiares de víctimas de violencia de género en el hotel. Su caso es terrible. Ayer me mensajeó todo el día antes de volar. Sentí que en este dolor una puede estar muy sola, a pesar rodeada de gente. Tiene los brazos abiertos para escuchar a los demás”, contó Perrone.
El caso
Cecilia Strzyzowski fue vista por última vez a las 9.16 del 2 de junio último, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de César Sena a la casa de sus suegros, situada en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.
Según la resolución de los fiscales, Cecilia fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 en una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña. Luego, su cuerpo fue luego trasladado por César Sena y un colaborador de la familia, Gustavo Obregón, envuelto en una frazada y a bordo de una camioneta hasta Campo Rossi, propiedad de los principales imputados, donde fue calcinada.
Se cree que sus restos fueron esparcidos en distintos sectores de ese predio, junto a una de las márgenes del Río Tragadero, donde tiempo atrás se encontraron restos de huesos humanos y el viernes pasado otros fragmentos óseos que aún debe determinarse si son humanos o no.
Además de los tres integrantes del denominado clan Sena, por el caso permanecen con prisión preventiva Gustavo Obregón y su esposa Fabiana González (ambos asistentes de los Sena) y Gustavo Melgarejo y su mujer Griselda Reinoso (caseros de la familia), quienes están acusados de encubrimiento agravado.
Fotos: Franco Fafasuli.